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HISTORIAL - HISTORIA DEL TEATRO UNIVERSAL -

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TEATRO FRANCES


TEATRO MEDIEVAL PROFANO  

 

 En el siglo XIV, 

el teatro se emancipó del drama litúrgico para representarse fuera de las iglesias especialmente en la fiesta del Corpus Christi y evolucionó en ciclos que podían contar con hasta 40 dramas. 

Algunos estudiosos creen que, aunque similares a los dramas litúrgicos, los ciclos surgieron de forma independiente.

   

Eran producidos por toda una comunidad cada cuatro o cinco años. 

Las representaciones podían durar de dos días a un mes. 

De la producción de cada obra se encargaba un gremio que intentaba que el tema tuviera que ver con su ocupación laboral; así los trabajadores de los astilleros podían, por ejemplo, escenificar una obra sobre Noé.  

  

Como los intérpretes eran con frecuencia aficionados y analfabetos, las obras se escribían en forma de copla de fácil memorización; no se conocen los nombres de los dramaturgos. 

Fiel a la visión medieval del mundo, la precisión histórica no importaba y la lógica causa-efecto tampoco se respetaba.

    

La puesta en escena empleaba un realismo selectivo. 

Las obras estaban llenas de anacronismos, de referencias locales y tópicos; se pensaba poco en la realidad del tiempo y la distancia. 

El vestuario y el attrezzo eran los propios de la vida de la época. 

Lo que se pudiera retratar de modo realista se llevaba a escena con la mayor autenticidad posible —se han documentado numerosos ejemplos de actores que casi fallecían al representar crucifixiones excesivamente realistas o de otros que al figurar de demonios sufrían gravísimas quemaduras—. 

  

En Francia, 

se empleaban escenarios simultáneos, se erigían varias mansiones una al lado de la otra, y se levantaba una plataforma frente al público allí reunido.


DESARROLLO DEL TEATRO FRANCÉS  

   

A finales del siglo XVI, 

era popular en Francia un tipo de comedia similar a la farsa, y esto dificultó el establecimiento total del drama renacentista. 

En aquel tiempo no existían en París edificios expresamente dedicados al teatro; se utilizaron con ese propósito canchas de tenis cubiertas y fueron convertidas en teatros. 

La fuerte influencia italiana en Francia llevó a popularizar representaciones parecidas al intermezzo, que fueron denominados ballets.  

  

Hasta la década de 1630-1640, 

con las obras de Pierre Corneille y, más tarde, de Jean Baptiste Racine, no se estableció plenamente el drama neoclásico. 

Bajo la influencia ejercida por el cardenal de Richelieu, las normas neoclásicas fueron rígidamente aplicadas, y la obra de Corneille El Cid (1636), aunque extremadamente popular, fue condenada por la Académie Française por violar los principios del decoro y la verosimilitud. 

   

Las obras de Racine 

combinan con éxito la belleza formal de la estructura y el verso clásicos con temas mitológicos para crear obras austeras de elevado estilo.  

 

Molière 

está considerado como el gran dramaturgo francés. 

Sus farsas y comedias de costumbres reciben en su mayoría una influencia directa de la comedia, pero generalmente van más allá de su objetivo específico y podrían considerarse como observaciones sobre las limitaciones y errores del género humano. 

  

Muchas de sus obras están imbuidas de una cierta amargura. 

Molière fue también un actor cómico de excepción en su tiempo, y trabajó con el objetivo de alterar el estilo histriónico y ampuloso que entonces dominaba la escena francesa.

   

Hizo que los miembros de su compañía, para quienes escribía papeles a la medida en sus obras, adoptaran un estilo más coloquial y se movieran de un modo más natural. 

Aunque tuvo gran éxito con sus producciones, el estilo grandioso sobrevivió en Francia hasta principios del siglo XIX. 

   

Unos años después de su muerte acaecida en 1673, su compañía fue fusionada, por orden de Luis XIV con otras de París. 

De esta fusión surge, en 1680, la Comédie-Française, aún existente y hoy la compañía de teatro estable más antigua del mundo. 

Durante el siglo siguiente el teatro francés estuvo dominado por los actores y no hubo producciones notables hasta finales del siglo XVIII. 

Los teatros de bulevar y feria, casi legales, tomaron gran auge durante esta época.


TEATRO DEL SIGLO XVIII EN EUROPA  

            

El teatro del siglo XVIII era, básicamente, y en gran parte de Europa, un teatro de actores.

   

 Estaba dominado por intérpretes para quienes se escribían obras ajustadas a su estilo; a menudo estos actores adaptaban clásicos para complacer sus gustos y adecuar las obras a sus características.  

  

Dramaturgos como  el francés Pierre de Marivaux, George Lillo  escribieron obras sobre la clases media y baja en situaciones realistas pero simplistas, en las que el bien triunfaba de forma invariable. 

  

Este tipo de obras se conocía bajo los nombres de drama doméstico o drama sentimental. 

   

La tragedia del modelo francés de Racine no se produjo. 

 Leandro Fernández de Moratín reacciona contra estos extremos y en sus obras realiza una crítica a la sociedad, al estilo de Moliére, preocupándose por la puesta en escena de las obras, decorados y realismo. 


TEATRO ROMÁNTICO  EN EUROPA

  

 En su forma más pura, el romanticismo proponía en el plano espiritual, que la humanidad debía trascender las limitaciones del mundo físico y el cuerpo alcanzar la verdad ideal. 

  

El romanticismo en francia

Las obras del dramaturgo francés René Charles Guilbert de Pixérécourt abrieron el camino para el romanticismo francés, que previamente sólo tenía un punto de referencia en el estilo interpretativo de François Joseph Talma en las primeras décadas de siglo XIX. Hernani (1830) de Victor Hugo es considerada la primera obra romántica francesa.  

    


MELODRAMA EN EUROPA

    

Las mismas fuerzas que condujeron al romanticismo también, en combinación con varias formas populares, condujeron al desarrollo del melodrama, el género dramático más arraigado en el siglo XIX. 

  

El melodrama como literatura es a menudo ignorado o ridiculizado, cuando menos desdeñado por los críticos, porque aporta imágenes de villanos que se atusan el bigote, o heroínas sujetas a vías de tren. 

  

Sin embargo, es incuestionable que representa la forma más popular de teatro jamás producida. 

Provee un vehículo para los efectos escénicos más espectaculares, así como para una interpretación efectista. 

Del mismo modo asienta las bases para la fórmula teatral más extendida hoy día: la televisión. 

  

La palabra melodrama tiene dos significados: 

  

1-combinación de comedia y tragedia (mezcla de géneros), 

2- un drama acompañado de música. 

  

Esta última definición puede aplicarse fácilmente a la mayoría de películas y producciones televisivas, en las que los personajes son identificados a través de la temática, y las emociones del público manipuladas a través de la música. 

 

El melodrama en francia

Casi tan popular como él, fue el autor francés Pixérécourt. 

  

Los melodramas 

se componen normalmente de tres actos en vez de utilizar la división clásica de cinco. 

La trama se centra en torno a un conflicto entre un protagonista virtuoso y un malvado villano. 

El héroe salva una serie de dificultades aparentemente insuperables antes del triunfo final. 

La trama se queda al servicio de una serie de momentos de clímax incluyendo muchas muestras del azar del destino. 

Los acontecimientos más importantes de la acción pueden incluir elementos espectaculares como inundaciones, terremotos, erupciones volcánicas, persecuciones a caballo, o batallas, todo ello llevado al escenario con gran lujo de detalles. 

La combinación de una trama compleja e intrincada, unos personajes nítidamente delineados, fuerte carga emocional, espectáculo, y un claro mensaje moral, hicieron del melodrama un género enormemente popular


NATURALISMO Y CRÍTICA SOCIAL

   

A mediados del siglo XIX el interés por el detalle realista, las motivaciones psicológicas de los personajes, la preocupación por los problemas sociales, condujo al naturalismo en el teatro.

   

 Acudiendo a la ciencia en busca de inspiración, los naturalistas sintieron que el objetivo del arte, como el de la ciencia, debía ser el de mejorar nuestras vidas. 

Los dramaturgos y actores, como los científicos, se pusieron a observar y a retratar el mundo real. 

   

Con una clara influencia de las teorías de Charles Darwin, los naturalistas ven en la herencia y el entorno la raíz de todas las acciones humanas y el teatro decidió ilustrarlo. 

Se abandonó la preocupación romántica por los valores espirituales. 

   

El naturalismo en francia 

La figura más representativa del naturalismo en Francia, Émile Zola, comparaba el trabajo del autor teatral con el del médico que tiene que hacer aflorar la enfermedad para curarla. 

El teatro, por lo tanto, tenía que exhibir los problemas sociales. 

El resultado de este planteamiento fue un teatro centrado en los elementos más sórdidos de la sociedad más que en lo bello o ideal. 

Los naturalistas buscaban, en palabras del dramaturgo Jean Jullien, presentar un "trozo de vida, puesta en escena con arte". 

Teóricamente una obra naturalista no tenía planteamiento, nudo y desenlace ni nada de invención dramática. 

En la práctica, desde luego, los episodios eran seleccionados y acomodados para facilitar el efecto dramático.


APARICIÓN DEL DIRECTOR

 

El naturalismo es responsable en gran medida de la aparición de la figura del director teatral moderno. 

Aunque todas las producciones teatrales a lo largo de la historia fueran organizadas y unificadas por un individuo, la idea de un director que interpreta el texto, crea un estilo de actuación, sugiere decorados y vestuario y da cohesión a la producción, es algo moderno. 

   

Durante mucho tiempo, en la historia del teatro, la función del director era asumida por el autor de la obra

   

En el siglo XVIII y parte del XIX, el director era a menudo el actor principal de la compañía, el actor-gerente. 

La creciente dependencia de las cuestiones técnicas, los efectos especiales, el deseo de precisión histórica, la aparición de autores que no se involucraban directamente en la producción y la conveniencia de interpretar aspectos psicológicos del personaje, crearon la necesidad de un director. 

  

El primer director naturalista en Francia 

fue André Antoine, cuyo pequeño Théâtre Libre produjo muchas obras naturalistas nuevas. Antoine intentó imprimir detalles realistas en todos sus decorados e instruía a sus actores para comportarse sobre el escenario como si estuvieran en una habitación cualquiera.


TEATRO SIMBOLISTA EN FRANCIA 

    

El primero en adoptar las ideas de Wagner fue el movimiento simbolista en Francia en los años 1880. 

Los simbolistas hicieron una llamada a la "desteatralización" del teatro, que se traducía en desnudar al teatro de todas sus trabas tecnológicas y escénicas del siglo XIX, sustituyéndolas por la espiritualidad que debía provenir del texto y la interpretación.

   

Los textos estaban cargados de simbología de difícil interpretación, más que de sugerencias.

El ritmo de las obras era en general lento y semejante a un sueño. 

La intención era provocar una respuesta inconsciente más que intelectual, y retratar los aspectos no racionales del personaje y los episodios en escena. 

  

Las obras simbolistas del belga Maurice Maeterlinck y el francés Paul Claudel, muy conocidas entre la última década del XIX y principios del XX, son raramente representadas hoy en día.

 

También con influencias de Wagner, el teórico de la escena suizo Adolphe Appia y el diseñador inglés Gordon Craig supusieron un nuevo avance innovativo en la escenificación y la iluminación que reaccionaron contra los decorados realistas pintados para proponer, en su lugar, una decoración sugerente, abstracta, que creara a través de elementos escénicos e iluminación la ilusión de un lugar real. 

  

En 1896 un teatro simbolista de París produjo la obra de Alfred Jarry Ubu rey, una obra desconcertante y provocadora para su tiempo. 

Vagamente basada en Macbeth, de Shakespeare, la obra presenta unos personajes con características de títere en un mundo desprovisto de decencia. 

La obra está llena de humor y lenguaje escatológicos. 

Su relevancia ha de buscarse quizá en el desconcierto que provoca y en la destrucción de casi todas las normas y tabúes del teatro contemporáneo. 

Ubu rey da al autor libertad de exploración en cualquier dirección. 

Asimismo, sirvió de modelo para futuros movimientos dramáticos de vanguardia y para el teatro del absurdo de los años cincuenta. 


TEATRO CONTEMPORÁNEO 

     

Aunque el realismo puro dejó de dominar la escena popular después de la I Guerra Mundial, el teatro realista continuó vivo en el ámbito comercial,  

  

Sin embargo el objetivo parecía ser el realismo psicológico, y se emplearon para este fin recursos dramáticos y escénicos no realistas. 

  

La escenografía era más sugerente que realista. 

El teatro europeo no se hallaba tan mediatizado por el realismo psicológico y su preocupación se centraba más en los juegos de ideas, tal y como evidencian las obras del dramaturgo italiano Luigi Pirandello, los autores franceses Jean Anouilh y Jean Giraudoux y el belga Michel de Ghelderode.  

   

TEATRO TECNICO PARA ACTORES GRUPOS Y SALAS PRODUCIDA POR CARLOS CANAVESE (R) 1999