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ESCENA - ACTUACIÓN - |
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LA RISA ES EL LENGUAJE DE LOS DIOSES
Este apunte es una colaboración de Fernando Peixoto de Portugal , debido a que fue enviado en idioma Portugues, hemos hecho la Traduccion con el programa de colaboración con el Departamento de Llenguatges i Sistemes Informàtics - Universitat d'Alacant. Aun asi puede haber algunas fallas gramaticales en la traduccion.
La Risa es el lenguaje de los dioses por ernando Peixoto fernandopeixoto@sapo.pt
Proverbio budista
Algunas «bocas» Algunos «señores muy serios» veneran la risa porque les es difícil soportar una crítica, encarar el humor que lleva la la expresion del dolor real con la frase sarcástica embebida en el absurdo de la Vida.
«La risa es tan ridícula como decepcionante»
Escribió Paul Verlaine. No sería de extrañar este concepto venido de un poeta decadente. Felizmente, otros poetas no fueron contagiados por esta depresiva concepción de la vida y hombres como Joseph Addison, poeta y ensayista inglés, reconocían «el sol es para las flores lo que las sonrisas son para la humanidad».
El hombre que ríe manifiesta siempre la disponibilidad y la apertura para el humor y está más predispuesto a recibir la información, que aquel que se mantiene de rostro cargado, hermético, blindado a la novedad, a la inteligencia ajena.
Soren Kierkegaard dixit
creía que «el humorista, tal como la fiera, anda siempre solo». Nada más falso. Es precisamente andando inmerso en la multitud que el humorista consigue visualizar la compleja máquina que lo envuelve, apercibiendo entonces de los absurdos de la existencia. Porque él, el hombre atento (quién es capaz de concebir el humor está necesariamente siempre más atento) y es aquel que no se limita a MIRAR pero prefiere VER, y muchas veces «despierta en los otros la alegría que él no siente» (Carlos Drummond de Andrade), demostrando, con esta actitud, aquello que ya Émile-Auguste Chartier había reconocido: «el buen humor tiene algo de generoso: da más que recibe». O sea: el Humor, tal como el Humorista, se dan las manos en un combate tenaz al egoísmo!
EL HUMOR EN LA DOCENCIA La dimensión institucional nos obliga ha reconocer un hecho básico: por mucho que se quiera, cada docente, en el humor, puede hacer absolutamente lo que se le antoje; La enseñanza institucional obedece a ciertas pautas y regularidades que tienen un respaldo normativo y que constituyen, en consecuencia, unos mínimos comunes. que requieren sobriedad , pero a veces la sobriedad hace dificil que las cosas queden en la memoria .
Lo que define el trabajo docente, mas allá de que sea realizado en uno u otro modo, son los conocimientos y la forma de transmitirlos, pero con alegria todo se capta mejor.
FRASES divertidas que son serias
Cuando un médico se equivoca, lo mejor es enterrar el asunto El eco siempre dice la última palabra. En los aviones el tiempo pasa volando. Los mosquitos mueren entre aplausos. Mi padre vendió la farmacia porque no había otro remedio. Resolver los problemas económicos es fácil, sólo se necesita dinero. Disfruta el día antes que aparezca un imbécil para arruinarlo. Es curioso que se denomine sexo oral,a la práctica sexual en que menos se puede hablar. Las canas ya no se respetan: se pintan. El mágo hizo un gesto y desapareció el hambre, hizo otro gesto y desapareció la injusticia, uno más y desapareció la guerra. El político hizo un gesto y desapareció al mágo. Bígamo: idiota al cuadrado.
Dimos sólo algunos ejemplos de como se pueden aflorar cuestiones, de las más serias, de una forma divertida, sin que les retiremos la seriedad que implican. Esta forma de actuar exige un entrenamiento intelectual que no está al alcance de seres desprovistos de inteligencia.
Sí, porque hacer humor implica el recurso a la utilización de neuronas que habitualmente están inactivos, a veces por indisponibilidad física ? el esfuerzo físico laboral frecuentemente retira capacidades humorísticas vitales ? como por ejemplo por el simple y mezquino hecho de que cada día que pasa nos cuesta cada vez mas llegar a fin de mes .
Si hacer humor implica el recurso a la inteligencia, el reír exige tener una apertura a la, disponibilidad mental y hasta una dosis bien medida de ingenuidad.
Pero aclaremos:
ingenuidad es el inverso de estupidez. Por eso, es que no hay nada más saludable que la risa abierta de un niño. Como escribió Fiodor Dostoievski, en el Adolescente:
«Entiendo que la risa es de más certera prueba del alma. Mirad hacia un niño: sólo los niños saben reír con perfección, por eso son fascinantes. (...) El niño que ríe alegremente es un rayo del paraíso, es el futuro del hombre cuando él, finalmente, hacerse tan puro y ingénuo como el niño
Nuestro problema es cuando somos hombres, seres adultos con una incapacidad para que riamos «con perfección», porque entendemos que ser ingénuos significa abrir los «flancos» a los «ataques del enemigo»: el otro Hombre.
La Risa en el Teatro
La vida es como «una comedia para el hombre que piensa y una tragedia para el hombre que siente», escribió el dramaturgo inglés Horace Walpole. El día-a-día los impone condiciones tan difíciles de supervivencia que frecuentemente damos con nosotros creyendo que ya nada tiene enmienda. Y qué a que desistamos de luchar para transformar la realidad que nos incomoda, va un paso bien corto. El secreto está precisamente en que seamos capaces de entender que es cuando nuestro sentimiento está más herido por la tragedia que el sentido de humor tiene, forzosamente, de imponerse.
La vida es un "non sense" permanente, un aglomerar de absurdos que sólo por la risa puede ser sostenido y enfrentado. Fue precisamente lo que entendió Beaumarchais en su famoso Barbero de Sevilla, cuando escribió : «Me apresuro a reír de todo, con miedo de ser obligado a llorar».
Es verdad que las lágrimas tienen, muchas veces, un efecto depurativo, pero no es menos verdad que sólo la acción racional puede accionar los mecanismos del combate a la tristeza. Y esta se combate precisamente con su antítesis: la alegría que el humor restituye y colorea.
O, como tan bien reflejó William Blake,
«tristeza demasiada ríe. Risa demasiado llora». En eso nos distinguimos de los restantes animales, como reconoció Aristóteles, cuando afirmó que «el Hombre es el único animal que ríe».
REIRSE DE LA VIDA Al contrario de lo que por veces tiende a pensarse, aquel que es capaz de reírse de las flaquezas y miserias, propias y ajenas, no es un débil y mucho menos un insensible, pero exactamente el contrario de eso: es alguien que está fuertemente armado contra la depresión, el terrible flagelo de nuestros tiempos. Y sólo él manifiesta la fuerza y la sensibilidad necesarias para combatir con éxito la amenaza constante de la tragedia, de la frustración, del imobilismo, de la flaqueza humana. El Hombre o la Sociedad necesitan como todos reconocemos de algunos opciones para corregir los errores del recorrido de la vida que tan caros nos salen, la forma ideal de abordar ese combate es a través del humor o, como ya reconocía Molière, de la comedia: «el deber de la comedia es corregir los hombres divirtiéndolos».
Siempre, en la Historia del Teatro, la comedia inmortalizó sus autores. Y se sabe hoy que, a pesar de los primeros concursos teatrales que se hayan formalizado con la tragedia, fue en la risa del ditirambo, entre cánticos y escarnio, que el Teatro fue creciendo
Después de la época clásica, el Teatro debió la supervivencia a los actores ambulantes que de tierra en tierra iban transportando los carros del divertimento. Aprovechando textos supuestamente sacralizados, los transformaban y los condimentaban con las «especias» del humor y de la irreverencia. Enaltecer a Cristo y Maria pasaba siempre por el ridiculizar del Diablo, y así se mezclaba, entre oraciones cantadas y quitadas mundanas, lo sagrado con lo profano, demostrando que ambos eran faces de la misma moneda que el Hombre utilizaba en el cambio de sus emociones sociales y creencias culturales y religiosas.
CASUALIDAD O PREDESTINACION No será por casualidad que la Commedia dell’Arte sobrevivió al teatro «serio» de los clásicos renacentistas y se impuso durante dos siglos. Tampoco fue por casualidad que el teatro del «siglo de oro» marcó de forma indeleble el panorama teatral del siglo XVI europeo, tal como el teatro isabelino, que debió a la comedia y a las enmascaradas gran parte del prestigio que hizo de él un arte reidor
Aristófanes, Menandro, Plauto, Terêncio, Gil Vicente y Chiado, Calderon y Lope de Vega, Shakespeare y Ben Jonson, Molière y Beaumarchais supieron devolver al Teatro la Risa y sus lenguajes, haciendo inmortal el arte del efímero que es el Teatro.
Y, ya el siglo XX, de Brecht Dario Fo, muchos fueron aquellos que sobre las tablas del escenario edificaron textos de humor con el objetivo, siempre de ridiculizar para corregir.
Recuerda Fernando Savater en Ética para un joven. «La 'seriedad' no suele ser una señal inequívoca de sabiduría, como juzgan los pasmados: la inteligencia debe saber reír...»,
Hoy, cuando nos interrogamos ante un mundo que vive acelerado, Con una comunicación que nos conecta instantáneamente a los más recónditos espacios del planeta, nos preguntamos frecuentemente donde estamos, como sobrevivimos y donde vamos por este piso….
Tememos la crudeza de las imágenes que el real nos transporta vía ecran de la TELE y cuestionamos sobre el gran enigma que el Futuro nos reserva a nosotros y a nuestros descendientes. La respuesta no surge, o aparece ensombrecida en el embalaje soturna y dramática de los telediarios.
Que nos resta, entonces? La misma cuestión se coloca al Teatro que se debe hacer hoy, aquí.
En el inicio de la segunda mitad del siglo XX, ultrapasado el difícil enfrentamiento de la II Guerra Mundial, algunos dramaturgos pensaron que el camino para la conscientizacion del espectador pasaba por confrontarlo con la paradoja y el absurdo de la vida y de la conducta de los hombres.
Buena intención, a buen seguro. El teatro que entonces repuntó provocaba el espectador, lo arrastraba para una reflexión también ella absurda.
Pero hoy, cuando se vive una guerra distribuida por varias regiones del planeta, institucionalizada en ejércitos o en grupos de terrorismo, hoy, que somos colocados ante el dilema de la angustia permanente de un avión que puede explotar en cualquier región de la Tierra, hoy que no podemos garantizar la seguridad en la travesía de la ciudad más tranquila, hoy, que sabemos sólo de nuestras ganas de partir vacacional pero ignoramos completamente la viabilidad del regreso, hoy, que afirmamos determinados ideales pero estamos simultáneamente conscientes de que podamos ser víctimas indefensas faz a atentados provocados por los que defienden ideales semejantes a nuestros, hoy, somos sólo un número estadísticamente trabajado e incluido en el rol de los desaparecidos o de los supervivientes de un caos que no deseamos, pero para lo cual acabamos por contribuir, tal es la incapacidad de nuestras acciones, aunque organizadas.
Visión pesimista. A buen seguro. Pero el Humor, la Risa, no fueron siempre hijos bastardos del Pesimismo No fueron ellos los amantes más queridos de la Duda. Los más heroicos resistentes a la Incredulidad Ante las certezas cotidianamente más inciertas del mundo actual, déjenme dudar. Y déjenme sobre todo REÍR. Dudando y riendo estaré alerta, dudando y riendo estaré vivo, dudando y riendo mantendré los ojos abiertos buscando un horizonte que creo existe en algun lugar por ahí. Harto de adorar dioses, quiero ser dios de mí propio, porque «la risa es el lenguaje de los dioses»!
Fernando Peixoto para Teatralizarte
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TEATRO TECNICO PARA ACTORES GRUPOS Y SALAS PRODUCIDA POR CARLOS CANAVESE (R) 1999 |
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